Cuando se habla de maquinaria agrícola en Lugo, la primera imagen que viene a la mente es un tractor, una de las máquinas más completas que el hombre ha sido capaz de desarrollar. Un tractor puede desplazarse por cualquier terreno, desenvolviéndose con soltura tanto dentro como fuera de las vías públicas; es capaz de tirar, de empujar, de poner en funcionamiento otras máquinas, además de arrastrar remolques. Sin lugar a dudas, es el vehículo por antonomasia de la agricultura y hoy, queremos profundizar en su historia.

Los orígenes de la maquinaria agrícola en Lugo podemos situarlos en los tiempos de la Revolución Industrial, cuando se comenzaron a usar tractores de vapor para remolcar arados, pero su éxito fue muy limitado, pues resultaban menos eficientes y más caros que los animales. Con la invención del motor de combustión, el desarrollo del tractor no se hizo esperar y a principios del siglo XX empezaron a recorrer las plantaciones y sembrados de los países industrializados. Las primeras ruedas eran de metal, con tacos y puntas para agarrarse al terreno, pero rápidamente fueron sustituidas por neumáticos con dibujos profundos.

Durante los años 30, a los tractores ya se les pueden acoplar todo tipo de aperos al adoptarse internacionalmente el sistema de enganche de tres puntos, y desde entonces, el tractor ha ido evolucionando, mejorando su rendimiento y la comodidad para su conductor: La doble tracción mejoró el agarre al suelo y su potencia de arrastre; la dirección hidráulica, que facilitaba la labor de conducción... y poco a poco pasaron de ser máquinas difíciles de manejar a ser tan sencillas y cómodas como cualquier otro vehículo.

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